Poemas eróticos de Octavio Paz y Ana Istarú

 



Cuerpo a la vista


Y las sombras se abrieron otra vez y mostraron un cuerpo:

tu pelo, otoño espeso, caída de agua solar,

tu boca y la blanca disciplina de sus dientes caníbales, prisioneros en llamas,

tu piel de pan apenas dorado y tus ojos de azúcar quemada,

sitios en donde el tiempo no transcurre,

valles que sólo mis labios conocen,

desfiladero de la luna que asciende a tu garganta entre tus senos,

cascada petrificada de la nuca,

alta meseta de tu vientre,

plata sin fin de tu costado.


Tus ojos son los ojos fijos del tigre

y un minuto después son los ojos húmedos del perro.


Siempre hay abejas en tu pelo.


Tu espalda fluye tranquila bajo mis ojos

como la espalda del río a la luz del incendio.


Aguas dormidas golpean día y noche tu cintura de arcilla

y en tus costas, inmensas como los arenales de la luna,

el viento sopla por mi boca y su largo quejido cubre con sus dos alas grises


la noche de los cuerpos,

como la sombra del águila la soledad del páramo.


Las uñas de los dedos de tus pies están hechas del cristal del verano.


Entre tus piernas hay un pozo de agua dormida,

bahía donde el mar de noche se aquieta, negro caballo de espuma,

cueva al pie de la montaña que esconde un tesoro,

boca del horno donde se hacen las hostias,

sonrientes labios entreabiertos y atroces,

nupcias de la luz y la sombra, de lo visible y lo invisible

(allí espera la carne su resurrección

y el día de la vida perdurable)


Patria de sangre,

única tierra que conozco y me conoce,

única patria en la que creo,

única puerta al infinito.



Octavio Paz ​ (1914 - 1998) fue un poeta, ensayista y diplomático mexicano, premio nobel de literatura en 1990. Se le considera uno de los más influyentes escritores del siglo XX.




Ábrete sexo


Ábrete sexo

como una flor que accede,

descorre las aldabas de tu ermita,

deja escapar

al nadador transido,

desiste, no retengas

sus frágiles cabriolas,

ábrete con arrojo,

como un balcón que emerge

y ostenta sobre el aire sus geranios.

Desenfunda,

oh poza de penumbra, tu misterio.

No detengas su viaje al navegante.

No importa que su adiós

te hiera como cierzo,

como rayo de hielo que en la pelvis

aloja sus astillas.

Ábrete sexo,

hazte cascada,

olvida tu tristeza.

Deja partir al niño

que vive en tu entresueño.

Abre gallardamente

tus cálidas compuertas

a este copo de mieles,

a este animal que tiembla

como un jirón de viento,

a este fruto rugoso

que va a hundirse en la luz con arrebato,

a buscar como un ciervo con los ojos cerrados

los pezones del aire, los dos senos del día.



Ana Istarú, seudónimo literario de Ana Soto Marín​ ( 1960), es una actriz y escritora costarricense que cultiva la poesía y la dramaturgia.


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